ELLAS




Lùcidas aquellas sombras
que concurren a mis noches
sin pedirme permiso.
Agolpadas están detràs de la sábana;
arrodillándose en procesiones interminables
agobian sus letanías
el escaso rincón,
la hora del basta.
Lúcidas e inflexibles
resisten mis embates
acunándome la locura.
Secretamente han gestado en mi
la boca oxidada de lo que vendrá,
la frenética herramienta 
de los momentos de silencio.
Lúcidas,
más que yo.

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