Eramos nosotros



Se lo conté esta tardecita, mientras tomábamos un café con chocolate. “¿Sabés? Estas tacitas son muy especiales para mí”. Tomé un sorbo del café recién preparado mientras oía cómo llovía afuera. “¿Por qué?” Me preguntó sonriendo mientras podía ver en su gesto la satisfacción de beber algo calentito en un día como hoy. “Porque solamente hay dos y siempre las usamos cuando estamos solos, además sus colores se complementan, ¿Ves?”. Le señalé los colores blanco y verde de las tazas y cómo estos se alternaban en su fondo y los lunares. Me sentía muy feliz de haberle confiado ese secreto porque hacía mucho tiempo que sentía este cariño por ellas. Eran mi pequeño tesoro, y por eso las cuidaba porque para mí significaban mucho más que dos tazas. Éramos nosotros. 

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